La confección, entretejido, sincronía, armonía,
melodía, y diseño del cosmos es tan tremendamente hermoso y afinado al
nanosegundo exponenciado de precisión, que es difícil no quedarse allí pasmado
en la vida y no preguntar por el Inventor, Sustentador y Consumador de todo...
de allí las palabras "No améis al cosmos, ni las cosas que están en el
cosmos. Si alguno ama al cosmos, el amor del Padre no está en él". [1]
Con razón Demócrito
de Abdera se sacó los ojos ante el bello jardín para que el espectáculo no lo
distrajera.
Al descubrir al Creador, con Él vienen la vida, la luz, el amor, la alegría, y como si fuera poco, también el propósito eterno para el que fuimos deseñados cada uno de los seres humanos. Sin ello, estamos perdidos y muertos. Se puede decir que no existimos, sólo
estamos allí.
Que este nuevo año nos arda dentro el Fuego Eterno que ha
armonizado sincrónicamente los propósitos de todas las épocas prefigurando la creativa y maravillosa obra del Arquitecto del Universo que ya se asoma, aún
a pesar de nuestras incongruencias y atrocidades humanas, y sobre todo esto la
alegría de que nos vamos a encontrar con Él cara a cara.
¡Sencillamente maravilloso!
Feliz Año.
[1] (1Jn 2:15 retomando la palabra “cosmos” de los manuscritos griegos para "mundo", para no perder perspectiva).