martes, 11 de agosto de 2015

El Diseñador y el Diseño



Es tan sorprendentemente bella, tan exquisitamente intrincada y confeccionada, tan inesperadamente ordenada, sincrónica y armoniosa la creación que no es difícil al detenernos en su detalle el confundirlo ingenuamente con su Diseñador.

Aunque parece inocuo, inofensivo, su resultado es tan trágico como confundir al arroyo con la fuente, a la foto con la persona, al signo con el significado y a la forma con el contenido; conduce al error y a la desproporción.

De allí viene la confusión entre la magia y la religión verdadera. Es decir el conferirle poder a las personas, o cosas es magia, no religión. La religión verdadera le confiere todo el poder a Dios. Sin embargo la magia religiosa y sincrética mezcla los dos conceptos al grado de confundir a la fuente de poder con su conductor, o con su punto de contacto. Esto es tan erróneo como pensar que la verdadera electricidad es el receptáculo o el foco, sólo porque éste último recibe el efecto de la iluminación.

Tristemente lo hacemos a diario y pocos reparan en ello. Sin embargo recuperar la perspectiva correcta es recuperar la vida: la fuente, la persona, el significado y el contenido… ¡al Diseñador!

Esto es de vital importancia ya que de no tenerlo claro bien pudiéramos pasarnos la vida ocupados con las apariencias y dejando a un lado la realidad.

¡Es urgente retomar la Chispa, la Antorcha que ilumina la vida!

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