“…desdeñando el árbol de la vida,
nos lleva a desear desordenadamente el árbol de la ciencia tan solo. Guiadas
las escuelas por este desordenado apetito no han hecho hasta ahora más que
perseguir la ciencia. Y aun para conseguir esto, ¿qué orden se ha seguido? ¿Con
qué éxito? En realidad, de tal manera que lo que la mente humana es capaz de
conocer en el espacio de un año, entretenía durante cinco, diez, muchos. Lo que
puede infiltrarse e infundirse suavemente en las almas se introducía
violentamente, o mejor, se embutía y machacaba. Lo que podía ser expuesto clara
y lucidamente se ofrecía a los ojos de modo obscuro, confuso, intrincado como
verdaderos enigmas. Callándome lo actual, apenas se vio jamás alimentado el
entendimiento con la verdadera esencia de las cosas; se le llenaba las más
veces con la corteza de las palabras (una locuacidad vacía y de loro) y con la
paja o el humo de las opiniones.” Comenio, Juan Amós, Didáctica Magna, [Trad. López
Peces, Saturnino], 1630 http://assets.espapdf.com/b/Juan%20Amos%20Comenio/Didactica%20Magna%20(7942)/Didactica%20Magna%20-%20Juan%20Amos%20Comenio.pdf
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