martes, 2 de agosto de 2016

“¡Vaya con Dios!”, Kierkegaard. ( No es tan sencillo).

“… Cuando se va con Dios… se ve uno obligado a ver, y a ver de una manera completamente particular. Cuando tú vas en compañía de Dios, entonces basta que veas a un solo desgraciado para que no puedas escapar a lo que el cristianismo quiere que comprendas: la igualdad humana. Ah, pero aquel que era mejor probablemente no habría osado arriesgarse a soportar esta caminata en compañía de Dios y a la impresión que produce, de manera que probablemente se sustraería, sin perjuicio de que aquella misma tarde, en aristocrática compañía, volviera a sustentar la concepción cristiana. Sí, es una marcha seria esa de ir con Dios (y sólo en tal compañía se descubre a “el prójimo”, pues Dios es la determinación inmediata) para llegar a conocer la vida y a uno mismo. Así pierden su esplendor mundano honor, poder y gloria; en compañía de Dios no podrás, mundanamente saborearlos”[1]





[1] Pag. 105 Las Obras del Amor

4 comentarios:

  1. Hola Aovaro.
    En tus escritos que compartes, que no son tuyos, son de otros escritores o filósofos, normalmente se refieren a Dios.
    Mi pregunta es la siguiente:Cuando tu te expresa de Él, lo hacen también con la primera persona de la Trinidad?

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  2. Hola, amigo. antes que otra cosa te pido una gran disculpa por no haber atendido antes tus comentario. No los había descubierto hasta el día de hoy. No se me da muy bien la cuestión del manejo de este blog y por lo mismo lo tuve olvidado por mucho tiempo pensando que nadie lo leía.

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  3. En cuanto a tu pregunta yo en lo personal a veces me dirijo a Dios el Padre, a veces al Hijo y en otras ocasiones al Espíritu Santo.

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  4. Disculpa, asumí que eras "amigo" porque tu nombre aparece como "Desconocido", pero igual si eres "Desconocida" agradezco y aprecio igual tus comentarios.

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