Una Nueva Humanidad
Gente plena, sana, tierna, seres de honor y respeto;
Apasionados, artistas, justos, libres, sabios, rectos.
Brotes de una sola planta, sin jactancias terrenales,
Espirituales de raza. Ante Dios: ¡todos iguales!
Una nueva humanidad con un solo cometido:
Darle honor a Jesucristo en pleno y amplio sentido,
Embajadores del Cielo, ¡De ningún otro partido!
¡Vivir para los demás! ¡Nunca más para uno mismo!
Gente sencilla, inocente, cuál paloma, inofensiva.
Prudente como serpiente, ¡Pero nunca más altiva!
Tampoco ingenua, ni ociosa ¡Pero sí alegre y festiva!
Sin hacerle caso al ego, sino al Dueño de la Vida.
Como frases soñadoras con el encuentro del Verbo
Que haga arder su contenido, vibrar el “telos” del verso.
Somos trigo triturado, participantes del Pan
Sin levadura, cocido en los hornos de su plan.
Somos uvas diferentes, pisoteadas por las gentes
Pero el vino es pacto santo que une todas nuestras mentes.
Gente negada a los suyo para darse a los demás,
Peregrinos en la tierra arraigados más allá.
Gente aguda, no burlesca, constante, no pertinaz;
Valiente, más no suicida, ardiente, no lenguaraz.
Unida, no uniformada, ingeniosa, no mordaz;
Sincera más no arrogante, limitada en los demás.
Gente de nobles ideales, pero de pies en la tierra,
Humilde más no cobarde, ¡Santa, no ávida de guerra!
Gente digna de confianza, que tiene a Dios muy en alto
Que valora la esperanza, con todos tiene buen trato.
Gente de amor decisivo, no víctimas del destino,
Gente de entereza, libre, no encubridores de pillos.
Responsable de sus actos, de su vida y omisiones,
No aturdidos en su oficio, ni leguleyos felones.
No magnates, ni payasos, sino gente de servicio;
Menos orates, pericos, sino humanos, con principios.
Gente de honor, no serviles, menos caprichosos viles,
Sino incendiados por dentro con el fuego del Eterno.
Hijos con clara consciencia, de identidad inclusiva,
No catadores de creencias, con tendencias compulsivas.
Gente veraz que ya sepa de dónde y a qué ha venido,
Y no se pierda en su mente, en su mundo, ni en sí mismos.
Gente alerta en el presente con el futuro en el muro,
Que no olvide su pasado para dar fruto maduro.
Esa humanidad descrita ya se ha venido gestando,
En la angustia, y en la vida, en el dolor del quebranto.
El oro se limpia al fuego, la presión forja al diamante,
Al rojo vivo y a golpes es que el metal es maleable.
Las manos del alfarero limitan del jarro el cuerpo.
¡Que no se pare la obra hasta que llegue el momento!
La tierra que se barbecha tiene esperanza de cambios
De nada sirve que siembres entre escombros, piedras, cardos.
Si no se pisara la uva y el trigo no se moliera,
¿Cómo pues celebrarías con el vino y pan la Cena?
Dios está haciendo algo grande que todavía no se aprecia.
Alza los ojos, amigo, ¡Ve el conjunto, no la pieza!
Las corrientes submarinas acercaron carabelas
Africanas y fenicias antes que Colón viniera.
No todo lo hacen las velas, ni mucho menos los remos,
Fueron corrientes profundas que los llevaron al puerto.
No porque tú no los veas, dejan de existir los vientos;
¿Cómo llegan a bahía barcos veleros, sin ellos?
Abre el corazón, amigo, que Jesús te está esperando,
El tomó nuestro castigo, por eso sales sin cargo.
Recibe el perdón gratuito; un regalo es un regalo.
Sólo hay que agradecerlo, no se compra lo comprado.
A Dios le costó la vida, la misma sangre de su Hijo,
Nunca creas que vale poco porque tú no lo has pagado.
Sólo no lo menosprecies, trata bien de atesorarlo;
Dios pagó el precio más alto, es gratuito, no barato.
Para las cosas excelsas no alcanza el valor dinero
Hay otro tipo de medios para agradecer al Verbo.
Se vistió de velo el Cielo, pero Alguien lo tiene abierto
Si tú quieres asomarte ¡Tómalo como algo cierto!
No te prives de lo eterno por no cambiar paradigma,
Recuerda que el movimiento atestigua de la vida.
Hoy es el día que tenemos, “Carpe Diem”, dijo el poeta,
“Toma el día”, significa; antes que no haya manera.