1. ¿Qué de los esfuerzos
misioneros anteriores a nosotros que encarnaron en comunidades que tienen
prácticas disímiles a las nuestras y que nos ofenden tan sólo porque no llevan
nuestro sello?
2. ¿Y la humanidad de
nuestros inocentes hermanos que los países “cristianos” utilizamos como “carne
de cañón” para pelear nuestras “guerras santas” para defender al “pueblo santo”
para que pueda adquirir su “tierra santa y prometida por Dios”? ¿Es creer en la
encarnación del Hijo de Dios este engaño religioso con el que los mandamos a la
guerra?
3. ¿Y la humillada y
ensangrentada carne humana de los que reciben el impacto de nuestras “cruzadas”
y “guerras santas” las “conquistas” para recuperar los “santos lugares”? ¿Es
esto hacer que encarne el Evangelio, o exactamente lo contrario?
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