Muchas denominaciones históricas no quieren conocer otra cosa sino al
Jesús histórico y se resisten a la obra actual del Espíritu Santo, en parte por
el exceso de los que niegan toda historia y son hijos del siglo pasado, y quién
los va a culpar con los extremos a los que se ha llegado tal énfasis. Sin
embargo, seguimos “conociendo a Cristo según la carne” solamente, pero
sin relevancia actual, porque ni nosotros mismos creemos que sea posible que
Cristo encarne hoy, solamente afirmamos que el concepto es cierto, pero es sólo
una burbuja mental docética que no tiene posibilidades de encarnar, por eso hay
tan poca gente y tan poco apasionada por Cristo.
Las corrientes más conservadoras tienen como base una santidad basada en
conceptos meramente externos, humanos y con matices judaizantes y por supuesto
condenan a los que se van al otro extremo de un liberalismo radical. Ambos como
los antiguos cerintianos[1]
y otros gnósticos que se pasaban de los extremos de un querer volver a la ley
externa, un ascetismo radical a los ansiados deleites terrenales y sensuales
que era como concebían el milenio terrenal. Por supuesto todos se veían
cristianos, pero según las citas bíblicas que pusimos como base de este ensayo:
¿será creyente una persona que niega la encarnación de Jesucristo o no cree que
Jesús es el Cristo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario