lunes, 20 de junio de 2016

"Estropear uno su alma no es de seguro nimiedad alguna.” Kierkegaard

“Por tanto, el cristianismo no pretende quitar la diversidad, ni la de la distinción, ni la de la inferioridad; pero, de otra parte, no hay ninguna diversidad temporal con la que el cristianismo, de manera parcial, forme partido, ni siquiera con aquella que, a los ojos del mundo, sea la más razonable y plausible. Si una diversidad temporal, con la que un ser humano se embelesa aferrándose de manera mundana firmemente a ella, es a los ojos del mundo indignante y clama al cielo, o por el contrario es a los ojos del mundo inocente y amable, eso no ocupa al cristianismo en absoluto, puesto que él no discrimina de manera mundana, no atiende a aquello mediante lo cual un ser humano estropea su alma, sino al hecho de que estropee su alma... ¿por una nimiedad? Quizás; pero el hecho de estropear uno su alma no es de seguro nimiedad alguna.”[1]



[1] Pag. 98 L.
as Obras del Amor

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